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segunda-feira, 28 de fevereiro de 2011

Safari de champiñones


Que es lo primero que viene a tu cabeza cuando piensas en Madagascar? No contestes! Ya lo sabemos, la película, pero ahora haz un esfuercito intelectual y piensa en la primera biodiversidad del mundo, que se te ocurre? No digas Amazonia, por favor!
Madagascar es mundialmente conocido por sus bellísimas playas multicoloridas, islas increíblemente bellas, y también por ser comprobadamente el sítio de mayor  biodiversidad en el mundo.
Una vez que ya hemos pasado por algunas de las lindas playas, nos fuimos a explorar las otras bellezas naturales. Para eso  elegimos el Parque Nacional de Marojejy, que está a solo 40 km de Andapa.

La maraton empieza con un grupo de 7 personas entre 1guía, 1cocinero, 2porter, 1guía especial para lémur blanco y por supuesto two girls living in Madagascar. El primer temor es saber si lograremos llegar a la meta(la cima de la montaña esta a 3,600 metros). Ya antes nos habían dicho que se necesitan entre 3 a 5 dias para hacerlo, nosotras contamos con apenas tres días y un guía muy incrédulo de nuestra condición física para llegar a la cima de la montaña, o en el mejor de los casos poco dispuesto a acompañarnos.
Antes de entrar al parque el guía nos hace algunas recomendaciones, pero todo empieza con que la montaña es sagrada. El nombre Marojejy tiene 5 significados : Maro significa muchos y Jejy significa Agua, araña, plantas, rocas y espíritus, esos últimos son los protectores de la montaña, por lo tanto:
1-      No orinen en los ríos, porque los ríos también son sagrados caso contrario podrían causar una inundación.
2-    No está permitido comer carne de chancho en las tierras del parque ( lo que para las exploradoras adventistas no era ningún problema).
3-      Si le tratas bien a la montaña podrás ver muchas cosas, la montaña será buena para ti, en cambio si actúas en contra  de la montaña, llevándote a escondidas sus plantas o animales , ella se vengará.
4-      No tiren ningún tipo de basura en el área del parque.
5-      No toquen los animales (lo que personalmente nos entristeció, porque nos destrozó la ilusión de sacar las hermosas fotos con los tiernos lémures).
Empezamos la caminata, y para las inexpertas pareció bastante sencillo, excepto por el sol intenso, pero pronto ingresamos al bosque, donde la sombra predominaba; caminamos durante 4 horas siempre preguntando cuanto faltaba para llegar al primer campamento, lugar donde haríamos la primera parada. Entonces llegamos y nos pareció simpática la infraestructura del campamento, estábamos muertas de hambre pero tuvimos que esperar mucho para comer. Por la tarde pensábamos que podíamos continuar hasta el segundo campamento ya que quedaba a tan solo 2 horas del primero; pero el guía muy amable, preocupado por nuestro cansancio nos cambio el plan y nos ofreció mostrarnos la cascada mas bella del lugar a lo cual accedimos pensando en que disfrutaríamos de un buen baño de agua fría; estando en el lugar, nuestra indignación fue máxima cuando nos impidió siquiera acercarnos al agua, dijo, fotos solamente porque la cascada es sagrada. Perdimos una tarde valiosa que más tarde haría falta.

La primera noche en el campamento, cero iluminación, cero mosquiteros = baño de repelente! Listas vamos a dormir, pero el sueño se vio interrumpido por alguna cosa saltando sobre las camas; Ros comienza a gritar y krol dice: No seas paranóica, no hay nada! Duérmete!  
Pero algunos minutos después la cosa salta a la cama de Karol que empieza a gritar como loca; el remedio fue cubrirnos hasta la uñas, mejor prevenir que remediar, no?
Desde el primer dia de la caminata fue apareciendo, poco a poco, mucha diversidad de plantas, grandes y pequeñas, de muchas formas y colores, y también animales, pero estos últimos tan bien camuflados que solo con mucho esfuerzo e indicaciones del guía podíamos visualizarlos. Animales hoja, animales troncos de árboles, animales roca…. Es asi que a nosotras nos quedó muy claro en ese viaje la noción de mimetismo. Tanto es así que hasta en humanos pudimos identificar ciertos caracteres miméticos, veanlo ustedes mismos:

Aquí y allá surgían los lémures, colgando de lianas en los árboles como tarzanes en miniatura, tan rápidos que mal se podían captar con los ojos, y tanto peor con el lente de la cámara.
Pero para ver los lémures blancos necesitábamos un guía especial, que a pesar de estar con nosotras todo el primer día solo salió a buscar sus amiguitos famosos al segundo día a las 4 de la mañana. Mas tarde al empezar nuestro segundo dia encontramos las pistas que este nos había dejado:
No sabemos que es exactamente lo que dice, pero sospechamos de que sea algo como: El lémur blanco pasó por aquí.
Entonces seguimos las pistas del guía saliendo del camino principal, cuando de pronto nuestro guía comun hace un grito para medir la distancia hacia el guía especial, este le responde con otro grito, y nosotras nos pusimos a gritar también pero solo por diversión. El camino para llegar hasta donde se supone esta el grupo de lémures es salvaje, imagínense caminar sobre raíces de arboles donde no sabes si donde estas pisando es terreno seguro, o si te apoyas en un árbol o en una araña venenosa camuflada, o si te cuelgas de una liana o de una serpiente disfrazada, o si se te ocurre pisar una hoja de bambu y puedes terminar surfeando en las montañas como le paso a  Ros; tan grande fue el sufrimiento que ya ni nos acordábamos el porque queríamos ver tanto a esos monos blancos. Pero cuando los vimos, olvidamos de inmediato todo esa penuria. Uno a uno fueron apareciendo ante nuestros ojos los miembros de una familia de lémures, papá, mamá, hijo y demás invitados; estaban en el momento del desayuno, comían, confraternizaban, marcaban sus territorios y sus cuerpos sin siquiera imaginar que sus tareas cotidianas eran el show del dia para las 2 turistas que los observaban. 

El guía nos había dicho que no llegaríamos a la cima de montaña pero que 1000m mas arriba tendríamos una linda vista, Krol quería morirse y Ros, ciega por las ganas de llegar a la cima solo pensaba en subir; pero a pesar de todo esto continuamos y paso a paso el camino se hacia mas difícil, Krol decía: por favor no quiero subir más! Y Ros decía: como hare para bajar todo esto? Y entre reclamos y cansancios llegamos al punto de observación a 1.700 metros del nivel del mar. Y era muy bonito. Pero lo veíamos con ojos muy distintos. Ros se veía deslumbrada con las montañas que la hacían pensar en Cusco, y a Karol le parecía bello, pero no tanto como el hecho de poder sentarse después de todo el esfuerzo al cual no estaba acostumbrada.
Ah, claro, no nos podemos olvidar del personaje principal de este safari, porque el guía nos detenía durante todo el camino, en los 3 dias de viaje, para mostrarlos… Eran unos seres coloridos, de todas las formas, tamaños y colores. Íbamos por el camino, absortas en el terreno y sus peligros, cuando de pronto el guía decía: Karol, ves esto? Al que muchas veces le contestaba : No, lo ves Ros? Y ella, algo molesta, considerando su visión no muy aguda, le decía: Si tu no ves, YO MENOS!
Pero el guía seguía gritando a cada rato: Karollll, champiñón! Y Karol: Es para comer?(nunca eran, pero siempre estábamos hambrientas), de todos modos corríamos las dos para observarlos y sacarles fotos, muy eufóricas y sorprendidas… Solo después de estar en la casa, limpias, alimentadas y seguras nos dimos cuenta de que quizás el guía se haya burlado de las dos turistas tontas, mostrándoles muchos más champiñones que lémures u otros animales del parque.



Al final del viaje nos preguntamos una a la otra que fue lo que más nos gustó, a lo que Ros respondió con toda seguridad: Las montañas, y Karol… ella estaba muy segura de haber odiado las muchas sanguijuelas que le robaran alguna cantidad de sangre y gritos, y aparentemente el champiñón blanco grande fue su mejor descubrimiento.
Indudablemente las dos tuvimos nuestra cuota de diversión y, si preguntan, es probable que contestemos que SI, lo haríamos nuevamente!

Que te hace falta?


Esta semana llegaron al hospital pacientes con enfermedades de nacimiento: bebe de 5 días de nacido con ano imperforado, el pobrecito lloraba inconsolablemente porque tenía el abdomen distendido ante la imposibilidad de evacuar las heces por falta de orificio de salida. Todos nos conmovemos al ver a alguien sufriendo, llorando de dolor, mucho más si se trata de un bebecito, tuvo todas las atenciones de parte de médicos, enfermeros, etc etc…una vez más sin tecnología q hacer? Exteriormente se explora la zona para tener una aproximación de la localización del defecto. Siguiente paso una cirugía mayor…se explica a los padres  la situación; las lágrimas del joven padre traducen su entendimiento.
Esta condición del bebe despierta muchas miradas, algunos opinan  q bajo las condiciones tecnológicas es casi imposible que se salve, se resignan; otros menos escépticos esperan un milagro. Por encima de todo, la cirugía acontece, funciona la solución presentada; pero aparece otro problema, la desnutrición y deshidratación con que q llego el bebe, complican su situación postquirúrgica (la madre está agotada por el parto, no puede quedarse junto al bebe; entonces recibe la ayuda de su familia, pero ellos tienen temor de siquiera tocar al bebe, un pequeño descuido y el bebe esta con el cuerpo lleno de hormigas), al cabo de dos días postquirúrgicos el pacientito murió.
La otra paciente es una adolescente de 16 años. Consulta por dolor pelviano, abdomen distendido; diagnostico: malformación del útero y vagina; esta malformación impedía la eliminación del sangrado menstrual por la vagina hacia el exterior. Esta era la segunda consulta por el mismo motivo. Tratamiento definitivo: histerectomía.
Deformidades que a uno de ellos le costó la corta vida; Y a la otra le resto la posibilidad de ser madre algún día.
Podemos estar ahogándonos en problemas; pero tenemos que reconocer las innumerables bendiciones q recibimos de Dios. Cuan trascendentales las funciones fisiológicas q acontecen en nuestro organismo, es muy posible que ni las conozcamos a todas, pero en este mismo instante están sucediendo para que podamos seguir viviendo; no es esto un milagro?
Pedimos cosas al cielo todos los días, y cada día deseamos mas cosas; pero que es lo que realmente nos hace falta?
Ros




terça-feira, 8 de fevereiro de 2011

El dolor genera tolerancia

Hace mucho no lloro por caerme…
Cuando era niña solía caer de tanto en tanto. Muy a menudo me hacía daño y volvía a casa lastimada, y gritaba desconsoladamente, hasta que el dolor disminuyera, o hasta obtener el favor de alguien que se compadeciera de mis penas. Por dos veces me rompí la clavícula. También pelé el dedo cuando debería pelar la papa, y estropeé la rodilla un sin número de veces. Hubo incluso una vez en que  golpeé la cabeza contra un poste, por correr mirando hacia atrás, y por 2 semanas tuve la apariencia de una vampira, los ojos morados como los del personaje principal de una película de horror. 

Con todo, si miro hacia atrás, veo que la intensidad de mis gritos disminuyó con el pasar de los años. No, no digo que el dolor fuera menos, o que las lágrimas ya no estuvieran allí, o que la sangre ejerciera sobre mis ojos diferente efecto, porque incluso hoy me desmayo con solo ver mi propia sangre fluyendo través de una jeringa. No, no era esa la razón. Sufría igual. El dolor seguía haciéndome daño, pero  como ustedes bien saben, con el tiempo, y los años sobre la espalda, ya no está permitido gritar como lo hacíamos cuando niños. Al crecer vas dejando de caerte en las esquinas de las calles para caerte en las esquinas de la vida, te cortas con menos frecuencia y de pronto, cuando ves,  las lastimaduras dejaron de ser heridas externas, de las que hacen que la sangre chorreé para fuera del cuerpo, para hacerse lastimaduras internas, y estas son las que harán que la sangre se enfrie en tus venas y hagan que tu corazón desee dejar de latir por algún tiempo.  
Pero aunque haya cambiado el carácter del dolor, aun así no te será permitido gritar.( mismo si lo deseas intensamente). Y tendrás que desarrollar la capacidad de convivir con tus penas, y callarte, día a día.
Aprendemos a tolerar al dolor diariamente…

Ah, por que les hablo de mis dolores? Se preguntarán…
Les cuento todo eso porque aquí en Madagascar he llorado, sin caerme, tanto cuanto lloraría por romperme la clavícula una tercera vez a los 8 años de edad.
Hace unas semanas estábamos en el hospital hablando con amigos, en la mañana, antes del “tur” por los cuartos, cuando una señora vino llorando en busca del doctor. Tenía los ojos  rojísimos y el aspecto nervioso de alguien absolutamente desesperado. Me conmovió su estado y me apuré por seguirla, el doctor vino luego atrás.
Cuando entramos al cuarto, por primera vez en ese día, se me cortó el corazón. En la cama había un hombre joven sentado, entre 35 y 40 años, completamente disneico (le faltaba el aire), su madre a su derecha le agarraba la mano todo el tiempo, preocupada,  y otra persona, de cuando en cuando, le traía un balde donde el vomitaba sangre. Era una escena angustiante. El abría la boca y erguía el cuello, angustiado, intentando respirar, todos sus músculos torácicos y abdominales trabajando, la cara tomaba la forma de la desesperación, ojos lacrimosos tristísimos que se movían para todos los lados en busca de auxilio y el sonido gutural de alguien que lucha por vivir con todas sus fuerzas. Era como si el bocado de aire que el necesitaba estuviese siempre dos dedos más allá de lo que el lograba alcanzar.
El pobre hombre intentaba contestar las preguntas que le hacía el doctor, hacia muchísimo esfuerzo por decir que era lo que sentía, pero la disnea(falta de aire) empeoraba cuando intentaba hablar, entonces era obligado a detenerse y más desesperadamente estirar el cuello hacia arriba intentando alcanzar el aire que no le llegaba a los pulmones. Me enteré de que había llegado el día anterior. Se imaginan? Más de 24 horas en aquella situación! Yo no lo podía soportar. Quería desesperadamente hacer algo por aquél hombre. 

Las maniobras semiológicas que le hacían no eran suficientes para un diagnóstico, como mucho se podía excluir causas pero no indicar un motivo. Estudios más amplios serian necesários, una simple endoscopia podría aclarar su estado, mostrar el origen de la hemorragia digestiva… Pero el hospital no dispone de recursos, y un endoscopio está entre sus imposibilidades. Sonda nasogástrica y  suero fue todo lo que le hicieron.
Salimos de la sala y el doctor se fue con sus tareas, como si nada… me pareció raro porque la angustia del paciente se había hecho mi angustia y yo no podía entender como él doctor se podía ir así sin hacerle nada, sin darle cualquier cosa que disminuyera su sufrimiento. Entonces le busqué a Ros, le conté del caso y nos pusimos a pensar en diagnósticos diferenciales para el problema. Que más podíamos hacer?
Me sentía tan impotente, iba y volvía del cuarto del paciente en la esperanza de que algo cambiara de repente, pero todo seguía igual. Me enojé mucho, y quise irme de allá porque no podía entender que frente a una situación tan terrible nadie se comportara de forma urgente, si todos veían que la vida de ese hombre se nos iba con cada segundo.
Cuando vinieron en otro momento los 2 médicos vi en sus ojos que hasta aquél momento nada habían hecho porque nada había que pudieran hacer. Los dos doctores se entre miraban, con aquellas expresiones de: no tengo la menor idea de cuál sea su problema. Nosotras, Ros y yo, les planteamos los diagnósticos diferenciales que habíamos pensado, pero rebotaron con la palabra: quizás! Porque, obviamente, no había formas de confirmar cualquier sospecha. Los dos médicos tenían frente a sus ojos un muro que no podían transponer. Y cuantas veces ya han estado en ese mismo punto? Quiero decir, a cada paciente al cual no pueden ayudar, cada vez que sus recursos se agotan y se ven impotentes frente a la muerte, se hacen más insensibles, o quizás menos frágiles! Lo lamentan, pero ya no lo sufren.
Pero quien los podrá culpar? Son buenos hombres, buenos médicos, buenos cristianos…pero también y sobre todo humanos, y como humanos desarrollan esa barrera emocional de auto-protección inspirada por el dolor: la tolerancia.
Todo el día lo tenía en la mente al paciente, pero solo en las 4 de la tarde volví a verlo. Ah, amigos! Como diré que en el momento en que entré al cuarto algo se rompió en mi? Su mama seguía a su lado sosteniéndole tristemente la mano,  tras suyo un hermano le sostenía la espalda y le ponía una bolsita de hielo sobre su panza porque él quemaba en fiebre. Ya no tenía fuerzas para buscar aire, pero aún lo hacía muy débilmente. Su cara se veía muy demacrada por el sufrimiento de esas tantas horas y sus ojos se habían fijado en algún punto. Ya no hablaba.
Me fui de allí para no irrumpir en llanto frente a la familia.
Salí a caminar con música en los audífonos para evitar mis propios pensamientos, y cuando me venía el imagen del pobre hombre agonizante a la mente movía la cabeza como para alejar una mosca inconveniente que insistiera en posar sobre mi nariz, y aumentaba el volumen de la música por no tolerar la voz de la impotencia repitiendo: INÚTIL! INÚTIL! INÚTIL! Desistí de la música porque concluí que ni todo el volumen del mundo callaría mi tristeza en aquel momento y resolví hablar con Dios… Mi oración era doble:
Deseo ardientemente un milagro, Señor, pero si no es tu voluntad, no dejes que sufra más aquél pobre hombre. Permítele morir, Dios, con tanto que no sufra más!
Cuando volví al hospital a las 7 de la noche, alimentaba en mi corazón la idea del milagro, pero cuando entré y vi la cama hecha y ninguno de los de la familia cerca, no sabía que pensar.
Los dos pensamientos me ocurrieron: Se puso bien y se fue a la casa? Se murió?
El señor que estaba en la cama al lado fue quien contestó a mi expresión interrogativa: Se murió!
Allí, en aquel cuarto, frente aquél desconocido, yo, que no sentía mi cuerpo, no soporté el peso de aquella frase! Me caí sobre el banco que estaba cerca y lloré amargamente por el pobre hombre que vi ahogarse en su propia sangre, sin que pudiese hacer nada por ayudarle. De pronto vino una señora y me guió hasta el patio de tras del hospital. Allá estaba la familia del paciente, el yacía muerto sobre las cubiertas. Y Yo lloraba…
Lloraba porque lo vi en la mañana esforzándose por decir de su dolor, lloraba porque lo vi en la tarde pálido y ausente sin más fuerzas para respirar, lloraba porque aún allí, después de muerto, su mama seguía sosteniendo su mano, lloraba porque sabía que él no sería el último a morir sin esperanzas en este hospital, lloraba porque no fui capaz de minorar su dolor a las puertas de la muerte…
Cuando la mama me vió, vino a mi encuentro y llorando me abrazó. Aunque no hablásemos el mismo idioma, y sin pronunciar cualquier palabra, sentí que las dos sabíamos exactamente qué era lo que estábamos diciendo una a la otra en nuestros corazones.
Como dijo Saint – Exupery:  “Es tan misterioso el país de las lágrimas!”. 

Lo pusieron al señor en la parte de atrás de una camioneta y subieron junto todos los de la familia que estaban allí…Llovía una lluvia fina, y le mojaba el rostro al señor, y las gotas de lluvia sobre su rostro me hacían pensar que incluso después de muerto le tocaba a él llorar.
He estado esperando muchos días para contarles esta historia, pero las lágrimas no me dejaban. Mientras tanto, ahora que les conté, si me permiten un último momento de sinceridad, les diré que de todos mis miedos, que no son pocos, el más terrible, es que algún día en el ejercicio de la medicina, se desarrolle en mi la tolerancia al dolor ajeno, si eso pasa amigos, si ustedes algún día se enteran de que el sufrir hizo de mi una roca, escríbanme, y háganme recordar el cuchillo que rompió mi corazón cuando lo vi a este señor perder sus fuerzas hora tras hora en aquella cama de hospital, y si aún así no les hago caso, considérenme indigna de la profesión que elegí!
Nunca supe su nombre y eso aún me entristece.

Karol.

VAZÁAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

Ya escucharon ustedes las sirenas de la policía cuando salen en misión? Aquél sonido ensordecedor que pone en estado de atención a todos cuanto lo escuchan. Wi wi wi wi wiiiiiiiiii!!!
Se acuerdan lo que pasa cuando suena esa sirena?
 Todos se ponen en alerta cuando la escuchan, y se empiezan a preguntar instintivamente, “à la película de acción” : que habrá pasado? Quien será la victima esta vez? A la vez los autos se ponen a los costados,  los que están en el interior de las casas corren a la ventana para ver qué sucede, las mamás dicen a los niños que entren a las casas. La dueña del negócio ordena al empleado que cierre la puerta con llave…
Pues bien, en Andapa no hay sirenas de policía, tampoco hay muchos autos, en realidad se pueden contar en los dedos los autos que circulan por esos lados, pero hay algo que provoca en la gente una reacción bastante parecida a la de las sirenas de policía.  Si, estoy absolutamente segura de que ustedes no tienen la más pálida idea de a que me refiero, y estoy pensando seriamente en si les cuento o si les mantengo por un ratito más la curiosidad, que dicen? Bueno, no pueden opinar mucho, asi que les digo que esperen un poquito más.
Princípio del plantío del arroz - Enero/2011
                                                Campos de arroz Febrero/2011

El complejo del hospital queda a 3,5km de la villa, y en la villa están los comércios, las escuelas y las mujeres de lenguas largas, (no, perdón, estas están por todo lado), de modo que siempre que queremos ir a clases de francés, o cuando necesitamos comprar cualquier cosa debemos caminar el largo camino hacia la villa. Pero no piensen que eso es agotador, al contrario, es lindo caminar ese camino, lo hago sin pensar, para que mis ojos sean libres para ver. Para que vean y se maravillen de lo que ven. Camino despacio dejándome impresionar por los colores y formas, y por la simplicidad de la vida en el campo. Veo como cambia el campo de arroz a cuesta del esfuerzo constante de hombres y mujeres de brazos firmes y piernas musculosas, veo chicos que bañan sus autos, digo, sus bueyes, mientras silban despreocupados sob el  penoso sol del medio dia, veo mi árbol preferido con sus flores rosadas gigantes tan hermosas…veo, veo e sigo viendo…
Lavando la "Ferrari"

Estos días en Madagascar me hacen recordar un poeta querido, Fernando Pessoa. En algunos de sus poemas el habla de la imposibilidad de conciliar dos acciones; ver y pensar. Uno de sus poemas.,especialmente, me lleva a entender porque después de pasar por la misma calle todos los días en los últimos 5 años, de repente, exclamamos: De donde surgió este árbol? Sin embargo, el árbol estuvo allá en su mismo lugar en los últimos 50 años. Estando aqui empiezo a comprender ,de repente, la importancia de no dejar que la urgencia de la vida me consuma.

Sigue fragmento del poema:

“O essencial é saber ver
Saber ver sem estar a pensar
Saber ver quando se vÊ
E nem pensar cuando se vê
E nem ver cuando se pensa.”

Si, me gusta caminar hacia Andapa. El desafío es cuando tengo que  hacerlo, muchas veces, a la 1 de la tarde, con el sol en su máximo vigor. En esa situación, transpirando como una chancha sigo, bañada en sudor y protector solar, con un sombrero mucho más grande que mi cabeza y encima un paraguas que funciona como para-sol. De hecho he concluido que ese sol ardiente puede ser la razón de las pieles más oscuras de ese lado del mundo, y más, también la razón por la cual los pelos
se ponen rebeldes, mi propio pelo ya empieza a rizarse, lo que no me agrada ni un poco(jeje). Capaz que las personas aquí empiezan a broncearse en el vientre mismo de sus mamás.

Y bueno, caminando tranquilamente hacia Andapa fue que descubrí como funciona la sirena Andapa.(ya casi se morían de ansiedad, eh?) Ya les he comentado anteriormente que no hay muchos blancos en esa región del país, por eso los niños se impresionan muchísimo cuando cualquier persona de piel más clara aparece en la ciudad, los llaman VAZÁ, que significa extranjero. Por eso, cuando de lejos los pequeños se dan cuenta de que la VAZÁ que les habla se acerca en el camino(pero es igual con cualquier VAZÁ) abren sus pequeñas bocas, increíblemente sonoras, gritando en desespero, como si de ese grito dependiera sus vidas: VAZÁAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!! Y en cadena los otros se juntan, surgiendo de todo y cualquier lado, desesperaditos gritadores, uno tras el otro: Bon jour, Vazá! Bon Jour, Vazá!
A esa altura ya están todos los niños a las orillas del camino, y las mamás ya salieron a las puertas, las vecinas y los amigos también asumen sus puestos! Empieza el reality show Vazá Andapa 2011. Se ríen, apuntan y dicen cosas en su idioma, y yo, con mi malagassy inexistente, solo puedo imaginar que dirán…
Lástima que nunca sabré exactamente qué es lo que realmente dicen. Pero me divierto pensando que podría ser algo como:
Es un pájaro? Es un avión? No, es la super VAZÁ! – La música queda por cuenta de la imaginación del lector!
                                                                             Andapa
Bromas a parte, entiendo perfectamente mi condición de extranjera. Extranjera en Argentina, en Madagascar, en mi propia casa en Brasil. Extranjera sobre la Tierra. Eso porque me considero  ciudadana temporária de este mundo, y, amigos, por eso no me molesta que mis anfitriones aquí repitan todos los días en diversos tonos: VAZÁ, VAZÁ! Al contrario, me hacen ser consciente de que no falta mucho para que vuelva mi Señor y me lleve con Él de vuelta a mi verdadero hogar. Por eso, amigos VAZÁS, preparémonos y alistémonos para volver con Jesus a nuestro verdadero Hogar!

Karol